“Está demostrado que los colores percibidos por la vista provocan una reacción psicológica sobre nuestro estado de ánimo”, asegura Carlos Obelleiro, experto en la utilización de color. Y de un buen estado de ánimo depende mucho la salud física. Según expertos en la psicología de los colores, cada uno indica una actitud en quién lo lleva puesto (wears it).
Rojo
Es el color que produce mayor impacto visual. Actúa como un estimulante psíquico, pero activa la agresividad y si alguien lo lleva puede incomodar a los demás. Si alguien quiere tener o necesita experiencias fuertes, preferirá el rojo.
Amarillo
Está íntimamente relacionado con la autoestima y estimula la creatividad. Si una persona quiere liberarse de algo, sentirse libre, va a buscar el amarillo. Es un color que puede resultar agresivo para la gente emocionalmente frágil.
Azul
Favorece la calma y la concentración en trabajos que exigen un esfuerzo mental. Tranquiliza, pero puede dar imagen de frialdad. Si alguien está estresado tendrá una necesidad de calma, tranquilidad; entonces, preferirá el azul. Cuanto más oscuro es, más idea da de eficiencia y autoridad.
Verde
Es el color más relajante y suele provocar una sensación de equilibrio y de tranquilidad personal.
Blanco
Aunque es muy higiénico, puede resultar muy severo y dar la impresión de que la persona que lo lleva quiere crear una barrera.
Rosado (rosa)
Es la más pura expresión de la feminidad. Utilizado en decoración actúa como relajante, pero en exceso causa debilitamiento.
Negro
Es elegante, pero puede resultar amenazador y, como el blanco, crear barreras entre la persona que lo lleva y el resto de la gente.
Violeta
Es el color de introversión, de lo emocional y espiritual. Puede transmitir la sensación de que quién la viste quiere estar solo, sin intromisiones.
Gris
Se trata del único color totalmente neutro, con lo que no tiene apenas propiedades psicológicas. A veces puede indicar la falta de confianza en sí mismo.
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